El
faro de Cullera, construido en el lugar conocido como la Punta del Faro, es uno
de los dos ejemplares que quedan en la costa de la provincia de Valencia. El
otro está ubicado en la población de Canet d’En Berenguer. Se trata de un
edificio de planta circular, en cuyo centro se eleva la torre de fábrica de
sillería, sección troncocónica y de dieciséis metros de altura. Posee tres
aberturas exteriores y su lámpara se encendió por primera vez el 1 de agosto de
1858. Su plano focal se eleva 27,90 m. sobre el mar. La apariencia actual del
faro se debe a proyectos y reformas llevadas a cabo a partir de los años
sesenta, aunque su aspecto y estructura conservan los trazados en el proyecto
original. Por razones de seguridad, no es visitable por lo que nos
contentaremos con observarlo desde el exterior.
Hay
restos de presencia humana en la zona del faro ya del paleolítico, así como
asentamientos en la época romana, como se descubrieron en la década de los
sesenta en las excavaciones realizadas,
en las que se encontraron monedas, ánforas y otros materiales de la época.
Dichos hallazgos atestiguan la presencia de un establecimiento portuario tardorromano muy
vinculado comercialmente con el norte de África, las Islas Baleares y el
Mediterráneo oriental. Uno de los restos más importantes encontrados en el
yacimiento es una Trulla o cazo de Júpiter.
Antes
del faro, en una zona próxima, el rey Felipe II ordenó la construcción de una
torre vigía para proteger el ataque de piratas del norte de África. Uno de los
atacantes, el pirata Dragut Arrayz atacó el 25 de mayo de 1550 la ciudad de Cullera al mando de veintiséis galeras y galeotas. En una cueva
existente en los acantilados costeros del faro de Cullera toma el nombre de
cueva Dragut ya que fue el lugar de refugio del pirata durante su saqueo a
Cullera.