También denominado el castillo del Alto del Pino, es una
fortaleza de origen árabe construida en el s. XI. Se ubica sobre un montículo
desde el que se puede ver todo el valle del Turia hasta el mar. Formaba parte
del sistema defensivo árabe junto a los castillos de Náquera y Olocau.
Tiene una forma irregular, de unos 600 metros cuadrados, era
un castillo pequeño para la época. Actualmente sólo se conservan restos de la
muralla, el aljibe y la torre del homenaje.
El rey moro Yahía Al-Quadir, destronado del reino de Toledo por los
castellanos, fue ayudado por éstos en su pretensión de ocupar el trono del
reino de Valencia. Con tal motivo, en el año 1086 se estableció en el Castillo
de Serra, junto a las tropas de su aliado, el castellano Álvaro Fáñez, pariente
del Cid. En Serra le fueron entregadas a Yahia las llaves de la ciudad de Valencia,
que llegó a gobernar, aunque fue pronto destronado por sus opositores. Pocos
años más tarde, el Cid arrebató de nuevo la ciudad de Valencia a los
musulmanes, poseyéndola como Señorío ofrecido a la corona castellana. El propio
Cid tomó también Serra (Axaraf) y la tuvo sometida, cobrándole tributos durante
los años que duró su señorío valenciano.
Las fuentes documentales nos dicen que el castillo fue
conquistado por tropas cristianas en diversas ocasiones: hasta tres veces en el
s. XIII y una más en el s. XIV.
En aquella época, Serra era famosa por sus aguas, que se
vendían a Valencia procedentes de las fuentes del Llentiscle,
el Verro, la Prunera, L’Ombría... e incluso la de Barraix, en término de
Estivella (los que hemos hecho ruta en mountain bike o senderismo por la
zona las conocemos bien). Este comercio hizo importante la zona, por lo que el
castillo fue pasando por varias manos de distintos señores hasta que el
comercio cayó el desuso y el castillo fue abandonado.